El Barcelona enfrenta este jueves a Osasuna en la segunda semifinal de la Supercopa de España, en Riad, en medio de dudas sobre su juego, que sus ajustadas últimas victorias no han acabado de despejar.
El trofeo que sirvió hace un año a Xavi Hernández para estrenar su palmarés como técnico con el Barsa y acabar con una sequía azulgrana de trofeos puede ayudar a retomar impulso al conjunto catalán.
Tercero en el campeonato español a siete puntos de los colíderes Girona y Real Madrid, el Barsa trata de dar un golpe sobre la mesa tras sus ajustadas últimas victorias en Liga y Copa del Rey.
Para ello, el equipo azulgrana mira a sus hombres de ataque como Lewandowski, autor de uno de los tres goles con los que el conjunto azulgrana ganó al Real Madrid en la final de la Supercopa pasada (3-1).
Lejos de sus marcas del pasado año, Lewandowski anotó su décimo gol de la temporada contra el Barbastro, prácticamente la mitad de los que llevaba el año pasado a estas alturas de campaña.
La Supercopa será una nueva oportunidad para aumentar sus números e impulsar al equipo.
El Barcelona afronta el encuentro lastrado por las bajas de Íñigo Martínez, Marc André Ter Stegen, Marcos Alonso y Gavi. A ellos se unen las dudas de Joao Cancelo y Pedri.
Poder defender el título en la final de la Supercopa sería una pequeña dosis de oxígeno para el equipo azulgrana que no lo tendrá fácil ante un Osasuna que quiere lucirse en una ocasión histórica.
Los rojillos llegan a Riad con la baja importante de su atacante Ezequiel Chimy Ávila, que no ha podido superar los problemas musculares que arrastra en la pierna izquierda.
Su baja supone un duro golpe para los hombres de Jagoba Arrasate de cara al exigente encuentro contra el Barsa, que ya perdió 2-1 contra los azulgranas en LaLiga en septiembre.
Un hándicap para un equipo navarro que aspira a intentar ganar la primera Supercopa de su historia.
AFP | Riad