El compositor José Julio Díaz Infante afirma que su obra, que presenta este fin de semana, es un llamado a ejercer la democracia
Inspirado en consignas coreadas por simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador, durante su cierre de campaña en 2012, el compositor José Julio Díaz Infante creó la pieza sinfónica “No vine por mi torta, ¡Vine por mis huevos!”.
Una composición para orquesta que “es una reflexión de la importancia de la participación de la sociedad civil en los procesos democráticos”, dijo el compositor en entrevista con El Sol de México.
La pieza tendrá su estreno mundial este 8 y 9 de junio, en la Sala Silvestre Revueltas del Centro Cultural Ollin Yoliztli, a cargo de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM), bajo la dirección de Sthephen Ellery.
El compositor, quien actualmente está al frente de la Dirección de Música de la UNAM, relata que el origen de esta pieza fue cuando realizaba sus estudios de posgrado en la Universidad de Louisville, en Kentucky, Estados Unidos. Aquella estadía le provocó nostalgia por los sonidos de México, lo que lo orilló a hacer música inspirada en pregoneros y resultó en obras como “Fierro viejo que venda” o “Tamales oaxaqueños”, las cuales estrenó en México en 2012.
Con grabadora en mano salió a las calles a capturar más sonidos para su inspiración y fue cuando se encontró con un gran contingente que iba al Zócalo: era el evento de cierre de campaña de Andrés Manuel López Obrador, en las elecciones que perdió frente a Enrique Peña Nieto, circundadas por el movimiento estudiantil #YoSoy132.
“Era ser testigo de cómo a lo lejos venía un canto y de cerca surgía otro, juntándose. De repente todo podía volverse un caos, pero luego uno de los cantos gana y todos respondían en coro”.
Sorprendido, regresó a Estados Unidos, donde compuso esta obra, la cual se convirtió en parte de su tesis de maestría. “La obra tiene uno de los cantos que estaban en boga en ese momento (el que le da nombre a la pieza) y otros tantos que aparecen, y también tiene conceptos que se transmiten a las partituras.
“Todos estos sonidos, que incluso pueden ser los que suceden en un contexto social, le dan identidad a un país, y muy específicamente a una ciudad”, precisa el músico, interesado en cómo los compositores en sus obras tienen inspiraciones extra musicales.
“Por supuesto, el efecto sonoro fue el principal detonante, pero yo creo que lo central para mí fue atestiguar la participación ciudadana. Creo que es interesante reflexionar esta obra porque todo ha cambiado desde 2012, con las redes sociales es una locura. Tal vez si se hubiese estrenado en aquel momento habría sido diferente la visión.
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“Si una obra, ya sea musical, gráfica, plástica, literaria o de cualquier manifestación artística, invita a la gente a reflexionar en cuanto a su participación en un entorno democrático, sea cual sea su preferencia política, creo es muy válido e incluso es necesario. Es otra función del arte, pues éste trastoca todos los aspectos de la vida humana, este es uno más y, además, muy importante”, finaliza el compositor.
El programa de la presentación también contempla obras de Maurice Ravel, Johan Baptist Vanhal y Franz Schubert.
Los conciertos forman parte de la segunda temporada de la OFCM. Se presentarán el sábado a las 18:00 y el domingo a las 12:30 horas. Se grabarán los conciertos para su registro y futura consulta como parte del acervo del Centro Cultural Ollin Yoliztli.