Como hace miles de años, aguas corrieron por la cascada que brota entre los cerros de la Zona Arqueológica
La lluvia permitió que como hace miles de años, aguas volvieran a correr por la cascada que brota entre los cerros que acogen a la pirámide de Huapalcalco, hecho que generó emoción y nostalgia entre tulancinguenses y usuarios de redes sociales.
Derivado de los días con intensa caída pluvial, el acumulado torrente es tal, que ya se desliza por las antiguas paredes de piedra por donde se alzan los míticos rostros de Huapalcalco, uno de los sitios históricos con los que cuenta el municipio.
En el sitio, así como en imágenes que circulan por redes sociales y que compartieron primero la red comunitaria Huapalcalco Comunidad y el artista Horacio García, se aprecia como de la cúspide del cerro se escurren aguas color café, tono que tomaron de la abundante tierra que baja por la cascada.
Cabe recordar que normalmente, aquí yace un pequeño valle que de hecho estaba cubierto con hierba, hoy se formó un pequeño pozo que de continuar las lluvias, crecerá y se mantendrá por algunos días hasta que el sol evapore el acumulado pluvial.
Ideal para recordar la leyenda de la Ciudad Sumergida de Huapalcalco
Ver correr aguas por las paredes que protegen el Centro Ceremonial recuerda a una de las leyendas más populares del lugar, que narra justamente cómo los Dioses castigaron a los antiguos tulancinguenses y sumergieron la magnífica ciudad de Huapalcalco.
Según la tradición oral, la entonces llamada “Coapalcallico” fue castigada por los dioses luego de que los moradores no pudieron defenderla de la llegada de conquistadores y por tal motivo, Huapalcalco fue conquistada por civilizaciones que construyeron sus edificios sobre los vestigios mesoamericanos.
Enojados por tal situación, las fuerzas supremas enterraron la ciudad completamente, ciudad que era muy extensa, ya que abarcaba un área de casi 10 kilómetros cuadrados aproximadamente. En la actualidad, estas tierras comprenden Huapalcalco, el Abra, Santiago y Acatlán, según el mito.
Sin embargo, existe una manera de revertir la maldición y entonces hacer resurgir desde la tierra y raíces a la Ciudad Enterrada de Huapalcalco: haciendo uso de los portales energéticos que se abren cada 24 de junio, día de San Juan Bautista (patrono de Tulancingo), se tiene que subir al puente que aparecerá entre los cerros del sitio arqueológico, en punto de la media noche.
Solamente en ese instante, podría un hombre, mujer, niño o niña con una alma purísima y valiente, cruzarlo y jalar de una cadena de oro que se aparecería en el otro lado del citado puente. Solamente después de jalar dicha cadena, en ese instante surgirá la Ciudad que está sumergida por la maldición de los Dioses, cuenta la leyenda.
Verdadero o no, lo que es un hecho es que Huapalcalco es uno de los sitios más antiguos de América, así dan fe las pinturas rupestres que aún pueden verse en el sitio y que datan de 13 mil años de antigüedad.
Es el asentamiento humano de mayor antigüedad en Hidalgo, además de que fungió como sede del Segundo Imperio Tolteca previo a que migrara a la región de Tula.