El panorama económico enfrenta diversos riesgos internos y externos, algunos asociados a los periodos electorales de México y Estados Unidos
La economía mexicana podría desacelerarse en lo que resta del año, ante una menor inversión privada y mayor volatilidad financiera, de acuerdo con el Banco de México (Banxico).
En general, el panorama económico enfrenta diversos riesgos internos y externos, algunos asociados a los periodos electorales de México y Estados Unidos. Además, no se descarta que la inflación se mantenga elevada y existan más depreciaciones cambiarias.
Al dar a conocer su minuta por la decisión de política monetaria del pasado 27 de junio, uno de los integrantes de Banxico dijo que si bien se prevé una baja contribución de la demanda externa al crecimiento en los próximos trimestres, esta podría desacelerarse más de lo anticipado si se profundiza la debilidad que prevalece en el sector manufacturero de Estados Unidos.
Ello podría ocasionar que el bajo dinamismo de la producción manufacturera nacional se prolongue, limitando los efectos positivos de derrama que este sector tiende a mostrar sobre otros sectores de la economía agregó el integrante de la Junta de Gobierno de Banxico.
Las previsiones del banco central apuntan a que en 2024 el país crecerá a una tasa cercana al 2.4 por ciento, aunque advirtió que ya desde inicios de año la actividad económica registró cierta debilidad.
De acuerdo con el instituto central, la fragilidad de la economía mexicana se registró desde finales de 2023 y se extendió hacia el primer trimestre de 2024, provocando que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) fuera menor al estimado.
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Entre las fortalezas que reconocieron los miembros de Banxico está el mercado laboral, en donde la tasa de desempleo alcanzó su nivel más bajo en toda la historia y los salarios reales se han incrementado en los últimos años.