En el primer trimestre de 2025 producirá 98% del combustible que el país demanda, dice su director Octavio Romero
El director de Petróleos Mexicanos (Pemex), Octavio Romero, dijo ayer que la importación de combustibles por parte de la empresa bajará en septiembre a unos 52 mil barriles por día y a 20 mil barriles diarios en el primer trimestre de 2025, debido a una mayor producción propia de refinados.
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El funcionario agregó que esas importaciones fueron de 498 mil barriles diarios en el primer semestre de 2024, pero que con la entrada en operación en los próximos días de la nueva refinería Olmeca y de una coquizadora en Tula, en el último trimestre del año, las cifras de compras al exterior irán en descenso.
“En el primer trimestre del 2025 ya con la entrada en pleno de la coquizadora de Tula vamos a haber logrado 98 por ciento de la autosuficiencia en combustibles”, dijo durante la conferencia de prensa del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien ofreció la “soberanía energética” del país para el final de su sexenio.
“Cuando esté Salina Cruz (otra nueva coquizadora) vamos a estar por encima de la demanda nacional (de combustibles), vamos a tener superávit”, agregó.
Pemex y el Gobierno han fallado varias veces en cumplir anuncios de sus metas, especialmente las referidas a la entrada en operación de la refinería Olmeca, así como de las dos coquizadoras.
Por meses se ha dicho que Olmeca entrará próximamente en producción, pero varias fuentes han asegurado a Reuters que el panorama es complicado.
El mandatario reiteró que la institución muestra una sólida recuperación en las ventas en el mercado interno, luego del gran daño que le causó la regulación asimétrica de la reforma energética del periodo neoliberal.
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La participación de Pemex en el mercado interno de gasolinas pasó de 73.7 a 86.4 por ciento; en diésel, de 63.2 a 81.2; en turbosina, de 57.4 a 100 por ciento; y en gas LP, de 44.1 a 57.7 por ciento.
Recientemente, analistas de Moody’s y Fitch Ratings han advertido que las transferencias financieras del Gobierno federal a la petrolera se mantendrán como un riesgo para las finanzas publicas en la próxima administración.
