Tendrá a partir del 1 de septiembre 76 curules en la Cámara de Diputados, el doble que el PRI
De ocupar sólo cinco curules en la Cámara de Diputados, entre 1997 y 2000, el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) tendrá su mayor representación en la LXVI Legislatura que inicia el 1 de septiembre, con 77 legisladores que la posicionan como la segunda fuerza política.
El Instituto Nacional Electoral (INE) aprobó el viernes la distribución de diputaciones plurinominales por partido.
Morena afianzó 236 curules; el PVEM, 77, cinco más que el PAN y más del doble que el PRI. Se trata de la mayor presencia legislativa en su historia.
En entrevista con El Sol de México, el especialista en temas político electorales, Fernando Dworak, explicó que el crecimiento del Verde se debe a los acuerdos políticos y alianzas que ha construido, principalmente con los partidos en el poder.
Sin las alianzas, consideró Dworak, el Verde “no hubiera logrado esa representación, aunque sí tendría bases (…) ha podido tener una agenda exitosa”.
Agregó que su agenda política tiene una presencia mediática que distingue al partido, como sus propuestas de pena de muerte, cadena perpetua, circos sin animales, entre otras.
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“A partir de esas alianzas con el partido del gobierno en turno, han logrado intercambiar el apoyo político, que siempre está alrededor de un 10 por ciento del voto (…) Ha logrado cambiar ese apoyo en votos, a cambio de que el partido en el poder apruebe sus iniciativas”, señaló el especialista.
En la LVII Legislatura de la Cámara de Diputados (1997-2000), el Partido Verde sólo contaba con cinco diputados.
En las elecciones federales del año 2000, se alió con el PAN y en ese año, Vicente Fox Quesada destronó al PRI de la Presidencia. Así, para 2000-2003 el Partido Verde Ecologista de México tuvo 16 curules.
En las siguientes legislaturas el Partido Verde ocupó un número similar de curules en San Lázaro. Pero en 2012, cuando se alió con el PRI y Enrique Peña Nieto regresó al partido tricolor a la Presidencia, el PVEM alcanzó 27 diputaciones. El mismo año Morena llegó al Congreso por primera vez, con 12 curules.
Para 2015, el Verde alcanzó 38 curules, pero en 2018, en medio de la avanzada morenista que llevó a Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia, el PVEM compitió junto al PRI y perdió curules, quedándose sólo con 11. Sin embargo, tres años después y en alianza con Morena, consiguió de nueva cuenta 38 asientos en San Lázaro. En este 2024, repitió la alianza con el partido oficialista y llegó hasta 77 diputaciones.
De acuerdo con los cómputos distritales del INE, para la Cámara de Diputados, el 2 de junio el Partido Verde obtuvo 27 millones 446 mil 14 votos en coalición con Morena y PT. Por sí solo, consiguió 676 mil 92 sufragios, 1.14 por ciento de la votación nacional emitida.
La historia no es la misma en el Senado. Aunque el Verde consiguió 21 millones 731 mil 737 votos en coalición; y dos millones 298 mil 726 votos como fuerza política unitaria, únicamente consiguió 14 escaños en la Cámara alta, en donde es la cuarta fuerza política.
El analista político explicó que el PVEM “es un partido que no tiene expectativa de ganar la Presidencia de la República”. No obstante reconoció que su presencia en estados como San Luis Potosí, que actualmente gobierna, o Chiapas, donde gobernó, se debe a que las “bases que tiene le han permitido, naturalmente, tener cierto territorio (…) le han dado la base de apoyo que le ha permitido negociar su adhesión al partido en el poder en turno”.
“Quizás al Verde no le interesa crecer territorialmente o en cuanto a bases, pero ciertamente va a seguir utilizando su músculo para negociar, quizás, alguna otra gubernatura”, agregó Dworak sobre el posible futuro del PVEM.
Fernando Dworak no prevé una ruptura próxima con Morena, aun cuando al PVEM se suman figuras disidentes de otros partidos, como es el caso de Jorge Carlos Ramírez Marín, exgobernador priista de Yucatán; o Eruviel Ávila, exgobernador priista del Estado de México.
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“En realidad Morena requiere mucho de estos liderazgos en el supuesto de que estos liderazgos sigan manteniendo bases propias, es decir, que tengan capacidad de movilización y de atraer votos. Morena no los va a aceptar. Y en ese sentido, el Verde puede lucrar teniendo las bases que traigan esas personas a la contienda”.
“Creo que es un negocio redondo, y que obviamente quizás a los liderazgos de Morena les revuelva el estómago, pero es pragmatismo”, señaló.
