La Profepa las señala como responsables de accidentes considerados “emergencia ambiental”, como derrames o fugas de hidrocarburos o ácidos tóxicos
Desde 2008, empresas públicas y privadas tienen pendiente reparar el daño de 39 accidentes que afectaron al medio ambiente, de acuerdo con información de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
Son 21 empresas las responsables de estos accidentes, principalmente derrames y fugas de materiales tóxicos, entre las que se encuentran Pemex, Centauro del Norte Autotransporte y la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología del gobierno de Chihuahua.
El Sol de México buscó la postura de estas empresas, pero al cierre de la edición la mayoría no habían respondido.
Estas empresas y la dependencia estatal fueron señaladas de ser responsable de accidentes considerados como “emergencia ambiental” que, de acuerdo con el Reglamento de la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos, se refiere a la contaminación de un sitio derivada de un evento indeseado y que trae como resultado la liberación no controlada de materiales peligrosos que afectan la salud humana o el medio ambiente de manera inmediata.
Los daños ocurrieron, principalmente, por derrames o fugas de hidrocarburos (petróleo y diésel), aunque también ha habido algunos casos de desbordamientos de ácidos tóxicos.
Las empresas de autotransporte de materiales y residuos peligrosos, es decir, quienes dicen saber cómo manejar estos materiales, son quienes más fallan al momento de remediar lo ocurrido.
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Centauro del Norte Autotransporte es una de las empresas señaladas. De 2018 a 2022, Pemex registró 11 incidentes que sigue sin reparar de acuerdo con Profepa. Sustancias como crudo, aceite y gasolina se han vertido a suelos, ríos y mares, principalmente por fallas industriales y actos vandálicos.
La paraestatal ha sido sancionada en al menos dos ocasiones con millonarias multas por daños ambientales en Tabasco y Veracruz, según consta en comunicados de prensa oficiales.
En 16 años se ha afectado un área de 15 millones 297 mil 679.91 metros cuadrados con derrames y fugas en el país, particularmente carreteras, con lo que se llenaría más de la mitad del Estadio Azteca.
“Entre los compuestos más dañinos del crudo destacan hidrocarburos aromáticos simples y los policíclicos, cuyos estudios los catalogan como cancerígenos. Además están los metales pesados generados en los procesos de extracción como arsénico, cadmio, zinc, mercurio y plomo. Entre sus múltiples consecuencias están las enfermedades de vías respiratorias y la piel, envenenamiento, daños al sistema nervioso central y periférico, ingestión y fatiga”, advierte Daniel Pech, especialista en medio ambiente.
Agregó que estos compuestos también pueden persistir en los peces que sobreviven a los derrames o evaporarse a la atmósfera. Incluso, algunos permean en la cadena alimenticia hasta llegar a otros seres vivos. “Los principales damnificados de los derrames de petróleo son la fauna y la flora del lugar. Los peces se envenenan al consumir presas con crudo y toda la cadena trófica queda afectada pudiendo afectar, incluso, al ser humano. Además, los hidrocarburos destruyen los huevos o producen crías con malformaciones”, agregó.
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La Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología de Chihuahua también está en la lista de Profepa. De acuerdo con los archivos, en el año 2016, registró un incidente en la Reserva Ávalos, ubicada en la zona sureste del estado sobre la carretera federal número 45 México-Ciudad Juárez, donde se realizaba minería de plomo y zinc. Ahí fueron derramados bifenilos policlorados (compuestos químicos orgánicos catalogados dentro de los 12 contaminantes más tóxicos para los organismos vivos), hidrocarburos, metales y metaloides.
El titular de esa Secretaría, Gabriel Valadez, informó que en 2017 concluyeron estudios con una autorización para el proceso de limpieza en varias etapas. La primera concluyó y ahora gestionan el financiamiento para la fase más compleja, que implica la limpieza, el confinamiento y el traslado de los residuos.