En su trayectoría destacó por ser una mujer con convicciones de izquierda y por defender los de derechos de las mujeres.
Ifigenía Martínez falleció este sábado 5 de octubre a los 94 años. Su último puesto fue ser presidenta de la Cámara de diputados, pero en su trayectoría destacó por ser una mujer con convicciones de izquierda y por defender los de derechos de las mujeres.
Además, entregó la banda presidencial a la primer mujer en llegar a la presidencia, Claudia Sheinbaum, quien el pasado 2 junio votó por ella por considerarla un símbolo progresista.
Cronología de una lucha
1930: Nació el 16 de junio de este año en la Ciudad de México, en una familia comprometida con la educación y los valores cívicos. Desde temprana edad, fue testigo de las profundas desigualdades sociales que caracterizaban al país, lo que la llevó a desarrollar un interés por los temas económicos y sociales. Ese interés la llevaría a convertirse en una de las figuras más destacadas del México contemporáneo, tanto en el ámbito académico como político.
Su formación comenzó en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde ingresó a la Facultad de Economía, un espacio dominado por hombres en aquellos años. En 1953, se graduó como una de las primeras economistas de la UNAM. Según registros de la propia universidad, Martínez siempre destacó su formación en la UNAM como fundamental para comprender la economía no solo desde una perspectiva técnica, sino como una herramienta para la transformación social. “Entender la economía como algo más que números fue crucial. Es, en esencia, una herramienta para reducir desigualdades”, declaró en una entrevista con el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM).
1953-1966: Motivada por su pasión por la economía y su deseo de comprender las estructuras económicas globales, Martínez decidió continuar sus estudios en el extranjero. Obtuvo una beca para estudiar en la Universidad de Harvard, donde se especializó en políticas públicas y finanzas internacionales.
Al regresar a México, se integró como profesora de tiempo completo en la Facultad de Economía de la UNAM. Su capacidad y liderazgo la llevaron a ser nombrada directora de la facultad en 1966, convirtiéndose en la primera mujer en ocupar ese cargo.
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1971: Martínez marcó un hito al convertirse en la primera mujer mexicana en ocupar un cargo en el Fondo Monetario Internacional (FMI), representando a México y Centroamérica. Fue designada directora ejecutiva del organismo, una posición clave que le permitió participar en las discusiones sobre políticas financieras globales que impactaban directamente a los países en desarrollo. Durante su tiempo en el FMI, Martínez mantuvo una postura crítica frente a las políticas que, en su opinión, afectaban la soberanía económica de las naciones menos industrializadas. En una entrevista para el archivo del Senado en 1994, señaló: “El FMI, en su esencia, debería servir para estabilizar las economías, no para imponer condiciones que terminan debilitando las capacidades productivas de los países”.
Su paso por el FMI le dio una perspectiva privilegiada sobre las relaciones económicas internacionales, pero también reforzó su convicción de que México necesitaba adoptar un modelo económico que priorizara la justicia social y la equidad. En varias entrevistas, tanto con medios nacionales como internacionales, destacó su desacuerdo con las políticas de ajuste estructural promovidas por el FMI y otros organismos internacionales en países de América Latina durante las décadas de los 70 y 80.
1986: A mediados de la década de 1980, Ifigenia Martínez ya era una figura prominente en la política mexicana. Aunque había sido miembro del Partido Revolucionario Institucional (PRI) desde sus inicios, su inconformidad con la creciente corrupción y la falta de democracia interna del partido la llevó a formar parte de la Corriente Democrática, junto a Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo. Este movimiento interno tenía como objetivo democratizar el PRI y regresar a sus principios fundacionales de justicia social.
“El PRI había dejado de ser un partido revolucionario para convertirse en un partido burocrático y alejado de las causas populares”, comentó en una entrevista con el Instituto Belisario Domínguez. Sin embargo, la postura crítica de la Corriente Democrática fue vista como una amenaza por el liderazgo del PRI, lo que llevó a la expulsión de sus miembros más destacados en 1987.
Este suceso motivó la creación del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en 1989, del cual Martínez fue cofundadora. El PRD se consolidó como la principal fuerza política de izquierda en México y representó una alternativa al régimen priista. En el mismo año, Martínez fue elegida senadora por primera vez bajo el nuevo partido, convirtiéndose en una de las voces más influyentes del Congreso en la defensa de los derechos sociales y económicos.
1997: Este año Martínez fue electa senadora nuevamente, consolidando su posición como una de las líderes más influyentes del PRD. Durante su tiempo en el Senado, se enfocó en legislar a favor de la justicia social, la igualdad de género y la protección de los recursos nacionales. Se destacó por su oposición a las políticas neoliberales que se implementaron en México durante los gobiernos de Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo y Vicente Fox, a las que consideraba perjudiciales para los sectores más vulnerables del país.
2000-2018: A lo largo de los años 2000, Martínez continuó siendo una figura central en la política de izquierda en México. Fue una de las voces más críticas del gobierno de Vicente Fox, especialmente en temas relacionados con la privatización de los recursos energéticos. Durante este periodo, también apoyó diversas causas sociales y siguió abogando por políticas que promovieran el desarrollo económico con justicia social. Martínez siempre enfatizó la importancia de un Estado fuerte y activo en la economía para garantizar el bienestar de todos los ciudadanos, una postura que mantuvo a lo largo de su vida.
2021: Medalla Belisario Domínguez En reconocimiento a su trayectoria en la defensa de la democracia y los derechos sociales, en 2021 el Senado de la República le otorgó la Medalla Belisario Domínguez, el máximo galardón que concede el Senado a ciudadanos distinguidos. En su discurso de aceptación, Martínez reflexionó sobre su vida y su lucha: “He dedicado mi vida a trabajar por un México más justo y equitativo. La lucha por la justicia social no ha terminado, pero estoy convencida de que, con determinación, podemos lograr un mejor futuro para todos”.
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2024: El 5 de octubre de 2024, a los 94 años, Ifigenia Martínez falleció, dejando un legado invaluable en la historia de México.