En Acaxochitlán ya se huelen, miran y disfrutan los colores del Día de Muertos
Una Catrina Gigante de 10 metros de alto recibirá a lugareños y visitantes en estas fiestas de Día de Muertos en el Pueblo Mágico de Acaxochitlán, luego de que fuera develada y formalmente inauguradas las acciones festivas en este municipio la tarde de este jueves 31 de octubre.
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Rodeada de múltiples catrinas en diversos estilos y elaboradas con distintos materiales, ya sea cartón, alambre, papel maché, entre otros, la Catrina Gigante reposa en una de las palmas que engalanan la explanada de la cabecera municipal, de tal forma que las hojas de este árbol lucen como si fuera un sombrero. Además de este accesorio natural, la huesuda de Acaxochitlán lleva una corona de flores sobre su cráneo, así como detalles floridos que le rodean la cuenca de los ojos.
En su calaverico rostro presenta grecas en tonos blancos y morados, para luego bajar por una espina dorsal que desemboca en un tórax cubierto por una transparente blusa color lila, similar a la vestimenta tipica del municipio, que baja por unas caderas que se cubren por un vestido negro, donde termina la pieza. Con las manitas cruzadas, la Catrina se para a un costado de las letras monumentales de Acaxochitlán, mientras que a su espalda hay una pareja de catrinas que románticamente observan la explanada.
Tianguis de Día de Muertos en Acaxochitlán
La plaza principal de este Pueblo Mágico también se convirtió en atractivo: hay al menos cinco altares que confeccionaron y montaron estudiantes del municipio, además de una muestra gastronómica a cargo de cocineras tradicionales y colectivos de turismo indígena. Todo ello se acomoda junto con el tianguis de Día de Muertos, otro espectáculo colorido en el que lugareños ofrecen una amplia variedad de productos originarios.
Montado en las calles aledañas a la parroquia de la cabecera, en este tianguis pueden adquirirse desde gallinas y guajolotes vivos, para llegar a prepararlos en caldo o en mole; variedad de verduras y frutas, anafres, ollas, hojas para tamal, maíz, pastas para mole, dulces, cañas, camote, así como piezas de pan, no solo de muerto, también la especialidad de la región: el pan cruzado.
Pan cruzado, especialidad de la región
De colores dorados y gusto dulce, muy parecido a la vista a un corazón, este antiguo pan es incluso más popular en Acaxochitlán que el tradicional de muerto, ya que va ligado a las creencias indígenas.
“Su elaboración es a partir de harina de trigo, azúcar, sal, agua, manteca de cerdo, manteca vegetal y levadura. Cuando es 100 por ciento tradicional, es cocido en horno de leña.
Si bien este tipo de pan (al menos en apariencia) es de uso común en la región de la Sierra Oriental de Hidalgo y la Sierra Norte de Puebla, es en el municipio de Acaxochitlán, Hidalgo donde se ha enraizado con mayor vehemencia”, cuenta Arturo Castelán Zacatenco, cronista de referida demarcación.
Dicha popularidad es innegable, pues se estima que para el cierre de la temporada se habrán vendido 600 mil piezas de este tipo de pan tan solo en Acaxochitlán, elaborados en las aproximadamente 10 panificadoras que hay en la cabecera municipal así como otras ocho que se alojan en las comunidades aledañas.
“El origen de este pan, así como de sus posibles significados, se encuentra en la representación simbólica de los restos mortales de nuestros difuntos, es decir: los huesos. Ya que (…) elaborar pan ceremonial implica en la visión indígena producir un alimento seco y duro como los huesos, entendidos como materialización física perdurable de los difuntos. Es de esta manera como se llega a pensar que el pan cruzado, profundamente arraigado en la cultura acaxochiteca representa los huesos de la cadera o el cráneo, siendo así una alusión directa a la fertilidad y a su vez, la muerte”