Un estudio elaborado por el Centro Católico Multimedial señala que entre 2018 y 2024 se registraron cerca de 900 extorsiones y amenazas de muerte contra miembros de la Iglesia católica en México
Las extorsiones a integrantes de la Iglesia Católica vienen en aumento, según el reporte Violencia contra sacerdotes, religiones e instituciones de la iglesia católica en México, elaborado por el Centro Católico Multimedial (CCM).
“Extorsiones y fraudes contra ministros católicos van en aumento. Son evidentes por las denuncias en medios y redes sociales de los obispos al advertir las modalidades que realizan los delincuentes y que van mutando conforme lo exigen las necesidades de acopio de dinero que se obtiene de forma ilícita”, dice el reporte.
Según el documento, entre 2018 y 2024 se registraron cerca de 900 extorsiones y amenazas de muerte contra miembros de la Iglesia católica en México.
“Desafortunadamente, la cifra negra es superior a las denuncias presentadas. Un inconveniente es la forma cómo las diócesis han afrontado el delito: sólo por advertencias sin articular mecanismos de prevención y denuncias, lo que hace que no haya un panorama claro de las cifras de delitos y cuáles son las diócesis con la mayor prevalencia en estos delitos. Tampoco se conoce la cifra relativa a las pérdidas económicas”, añade el documento.
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Según el estudio del CCM, en el sexenio del expresidente Andrés Manuel López Obrador se redujeron los homicidios a sacerdotes católicos al contabilizarse 10, pero eso no es un consuelo, dijo Omar Sotelo Aguilar, sacerdote y director del Centro, ya que los asesinatos de ministros religiosos en México responden a que el crimen organizado los ve como una competencia que les incomoda.
“El crimen organizado ha visto a (los sacerdotes) como una competencia, darle trabajo a los migrantes es como quitarle el recurso humano al crimen organizado”, detalló Sotelo Aguilar durante la presentación del reporte Violencia contra sacerdotes, religiones e instituciones de la iglesia católica en México.
El caso más reciente es el asesinato del padre Marcelo Pérez Pérez en San Cristóbal de las Casas en Chiapas en octubre pasado, quien antes de ser ultimado era la voz que denunciaba la violencia y la inseguridad que se vive en varias zonas chiapanecas y que arranca la tranquilidad de las y los mexicanos.
“Se les pide el derecho de piso o les dicen que les van a llenar la iglesia de muertitos; levantamientos o tortura; cuando se asesina a un sacerdote la tortura es muy fuerte es muy violenta; por el hecho de ser sacerdotes les están quitando la vida”, expuso el director.
Sotelo destacó que el trabajo de los sacerdotes es educar a la comunidad, anunciar temas relevantes y denunciar lo que pasa en nuestro contexto: la violencia que vive el país; tema que calificó como “incómodo” para quienes le quitan la vida a los ministros religiosos.
“México es un país de desaparecidos; y también hay sacerdotes desaparecidos de hace más de 10 años, Santiago Figueroa; a la fecha su carpeta está cerrada y su familia lo sigue buscando pero las investigaciones están paradas”, dijo el sacerdote.
Aprovechó su intervención para exponer que cuando asesinan a un sacerdote, el crimen organizado se apodera de las comunidades provocando desplazamientos forzados y que es un fenómeno que la Iglesia está atendiendo abriendo la puerta de las Iglesias a las víctimas desplazadas mientras buscan un nuevo hogar.
“Estamos haciendo el trabajo que le corresponde a los gobiernos; y claro que lo estamos haciendo; en Guerrero por ejemplo; o en Cuernavaca en donde el sacerdote de esa arquidiócesis está haciendo un gran trabajo en ese aspecto”, expuso Sotelo.
“Las comunidades quedan en la orfandad cuando el sacerdote es eliminado; el crimen organizado controla poblaciones enteras, los poblados están vacíos, la gente ha migrado a otros lados porque está controlado por el crimen organizado”, dijo el director del CCM.