Aunque la Conagua afirma que la presa La Boquilla se encuentra al 15.8 % de almacenamiento, los pobladores de la región señalan que el nivel es menor
La sequía prolongada y la ingente extracción de agua de la presa La Boquilla, El Tigre o El lago Toronto, ubicados en San Francisco de Conchos y Valle de Zaragoza, ocasionan un panorama desolador para los pobladores de los alrededores, pues desde hace 30 años no se vivía una situación similar y tan crítica.
A pesar de que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) afirma que la presa La Boquilla se encuentra al 15.8 % de almacenamiento, los pobladores de la región señalan que el nivel es menor, e incluso se implementó una nueva regla de medición para extraer más agua de la convenida.
A un costado de la cortina de la presa se puede apreciar la nueva medición, recién pintada. Los pescadores afirman que antes la barandilla quedaba bajo el agua, ahora está totalmente descubierta. La nueva regla se incrementó en 2.5 metros para continuar con la extracción en beneficio de los productores de los distritos de riego.
En la cortina también existe una regla que ya no se utiliza, pero los integrantes de la Sociedad Cooperativa de Productores Pesqueros y Acuacultura (Socopelto 05) y la asociación Guardianes, que agrupa a ciudadanos comprometidos con el cuidado del agua, han estado marcando sobre ella para observar la disminución del nivel.
En un recorrido por el cuerpo de agua se puede observar que la toma baja sigue filtrando agua, al grado que el nivel del lago Colina no ha disminuido. El cable de la toma baja fue la última reparación que realizó la Conagua para extraer más agua de esa toma, la más profunda. De esta área, siguen registrándose escurrimientos.
Riesgo estructural y la respuesta de la comunidad
Alonso Montañez, integrante de la asociación Guardianes, explicó que se realizó una medición que arrojó como resultado 9 metros, cuando Conagua afirmaba que eran 25 metros de profundidad.
Las compuertas que van a las turbinas, utilizadas por la Comisión Federal de Electricidad (CFE), deben cerrarse cuando el nivel de almacenamiento alcanza el 20% para proteger el equipo.
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El ingeniero Rafael Armando Pinedo Cerros señaló que la cortina de la presa La Boquilla presenta un riesgo estructural importante, pues ha permanecido descubierta durante mucho tiempo. Además, la zona registra actividad sísmica, lo que incrementa el peligro.
Pinedo destacó que esta presa no cuenta con un análisis de riesgo, a pesar de ser el embalse más grande del estado. El riesgo estructural sería actualmente el más grave.
Guardianes del agua
Los pobladores de San Francisco de Conchos, Boquilla, Camargo y Chihuahua están conformando la asociación civil Guardianes, con el fin de cuidar y hacer más eficiente el uso del agua de la presa La Boquilla-Lago Toronto.
Valeria Salcido, integrante de la asociación, señaló que el lago proporciona riqueza a gran parte del estado y mantiene vivo a Chihuahua. Sin embargo, considera injusto que quienes viven en los alrededores no tengan acceso al agua, se pierdan fuentes de empleo y las personas piensen en migrar.
Durante tres meses, los habitantes se manifestaron en las inmediaciones de la presa al ver que el nivel del agua seguía disminuyendo y las lluvias no llegaban. A pesar de sus esfuerzos por dialogar con autoridades locales, no lograron ser escuchados.
Un lago lleno de vida, ahora en peligro
A lo largo del recorrido por el embalse, se puede observar que aves migratorias continúan llegando, pero el ecosistema está en grave riesgo. Los peces han disminuido su resistencia y mueren atrapados en las redes.
El bajo nivel del lago ha dejado al descubierto varios montículos de piedra y tierra. Las islas que antes eran el refugio favorito de aves como el colimbo y la garza, ya no existen. Esto deja a las especies a merced de depredadores como coyotes, zorros, gatos monteses, pumas y linces.
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La situación también afecta a las especies acuáticas como el bagre, tilapia criolla, carpa, lobina negra, entre otras. Muchas especies han desaparecido por completo, como las anguilas de río y las tortugas.
Un futuro incierto para la comunidad
Alonso Montañez, de la asociación Guardianes, mencionó que buscan que las autoridades se den cuenta de la realidad que enfrentan en la parte alta del lago. Las comunidades cercanas al embalse requieren urgentemente atención y soluciones para mitigar los efectos de la baja en el nivel de agua y la falta de apoyo de las autoridades.
Sin acciones concretas, la situación amenaza con empeorar en el futuro próximo, afectando a las poblaciones que dependen del agua y el lago para sobrevivir.
Nota publicada originalmente en El Heraldo de Chihuahua