En la región rusa de Chelyabinsk, un hombre de 41 años de edad, Sergey Grigoriyev, decidió desafiar las advertencias y adoptar a un oso pardo como mascota. A pesar de las preocupaciones expresadas por sus familiares sobre los riesgos de esta elección, Grigoriyev se hizo responsable del animal.
Sin embargo, la historia dio un giro trágico cuando el hombre desapareció después de adoptar al oso. Sus familiares, preocupados por su paradero, presentaron una denuncia ante las autoridades.
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Las investigaciones revelaron un escenario aterrador: el oso pardo, que Grigoriyev había resguardado en su hogar, terminó devorando a su dueño. Las autoridades encontraron rastros de sangre y la jaula del oso abierta. Además, tres perros que también pertenecían a Sergey Grigoriyev fueron encontrados devorados.
El diario The Sun informó que los policías descubrieron rastros de huesos que indicaban que el cazador había sido atacado por el oso, siendo devorado por la mascota que había decidido tener en su hogar. El oso, que había estado con Grigoriyev desde cachorro hasta los cuatro años, se usaba para entrenar a perros de caza, enseñándoles a enfrentarse a depredadores vivos.
Tras el trágico suceso, el oso abandonó la vivienda, regresando más tarde cuando escuchó a la Policía, que tuvo que dispararle para garantizar la seguridad pública.
Aunque este caso se hizo viral en 2018, la historia ha resurgido en las redes sociales, generando preguntas sobre las condiciones en las que el cazador tuvo al oso durante esos cuatro años.
Redacción