El ex integante de Human Drama, quien mantiene su pasión con el proyecto Beaty In Chaos, duda que muchos géneros actuales se mantengan vigentes
Desde 2018, el guitarrista Michael Ciravolo, ex integrante de las icónicas bandas de rock gótico Human Drama y Gene Loves Jezebel, ha volcado todos sus esfuerzos a desarrollar su proyecto Beauty In Chaos (BIC), con el cual ha reunido a algunas de las voces más destacadas en dicho género, al tiempo que ha permitido que propuestas desconocidas tengan un lugar para impulsar sus talentos.
Con motivo del lanzamiento del cuarto álbum de este proyecto, “Dancing With Angels”, Michael Ciravolo habla con El Sol de México y se sincera sobre su propia búsqueda artística desde que tuvo en sus manos su primera guitarra, describe el trasfondo de BIC como un gran proyecto colectivo, y opina sobre lo que, a su parecer, es la falsa idea de que el rock gótico esté cerca de abordar la nave del olvido, sobre todo porque su música va más allá de los géneros.
“Pienso que el rock gótico es sólo una etiqueta, aunque nombra elementos de lo que hacemos. Pero, ¿sabes? Desde que fui a la Ciudad de México y a otros lugares de ese país como integrante de Human Drama, que siempre la han identificado como banda gótica, me he dado cuenta que los fans realmente escuchan las letras, cosa que significa que si van a un espectáculo en verdad lo hacen como una cosa realmente espiritual. Tienden a ser audiencias leales.
“A lo que voy con esto es que la gente sigue escuchando The Cure desde hace 40 años, mientras que Human Drama, que empezó básicamente entre 1985 o 1986, ha mantenido una base de fans clara, aunque hemos envejecido, cosa que es una bendición. Y yo no pienso que muchos géneros tiendan a eso. No creo que la gente vaya a seguir escuchando a Taylor Swift en 20 años”, explica Michael Ciravolo, desde su estudio, un espacio azul, lleno de tableros, distorsionadores, programas de edición y cráneos que adornan algunos rincones.
No ser famoso no significa que no tengas talento
Entrando al mundo de Beauty In Chaos, Ciravolo explica que se ha tratado de un proyecto que ha evolucionado desde su primer disco, cuando él solo quería seguir tocando, pero, como no es buen cantante, no quería que se tratara sólo de un proyecto instrumental, por lo que llamó a varios de sus conocidos que son de gran renombre y que ahora regresan con esta nueva entrega: Ashton Nyte, de la banda sudafricana The Awakening; Kat Leon de Holy Wars; y Cinthya Hussey.
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En la búsqueda de continuidad de su proyecto, para su segundo disco, comenzó a buscar nuevo talento, trabajo que también se ve reflejado en “Dancing With Angels”, en el que participan cantantes con talento, aunque sin la proyección mediática: Leo Luganskiy, Julian Shah-Tayler, Cynthia Isabella, ex líder de Silence In The Snow; William y Sarah Faith, de The Bellwether Syndicate, o Patrik Mata. Gente que se suma a la gran familia de más de 25 artistas que han tocado junto a Ciravolo.
“Hay algo que he aprendido y es que la fama no siempre es igual a talento. No ser famoso, no significa que no tengas talento. Creo que, en este disco, como en el pasado e incluso en el anterior hemos traído cantantes, creo que son los correctos para cada canción”, explica el guitarrista, quien explica que para este disco sólo pidió a los cantantes —por que son ellos los que al final tiene la gran libertad creativa— de enfocarse en lo que ellos creyeran significa “Bailar con ángeles, ya fueran metafísicos, de la guarda o carnales”.
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“Creo que las mejores canciones son las que no se ubican ni en lo negro ni en lo blanco, sino aquellas que en verdad tienen un significado y te acerca a lo que el compositor, con sus letras, realmente te quiso decir”, afirma el músico, quien espera que sus escuchas puedan notar que estas creaciones tienen diferentes mezclas, superficies y fondos.
Esto es lo que hago
De regreso al impacto que ha dejado su música, así como su colaboración con bandas importantes, Ciravolo afirma que, aunque las circunstancias, tanto personales como de la industria musical han cambiado, él siempre se ha mantenido fiel a su vocación creadora, pues no encuentra otra forma de vivir.
“Tengo la fortuna de todavía disfrutar hacer música. Muchos, cuando no consiguen un cierto nivel de éxito, pasan a otra cosa. Nosotros nunca nos convertimos en esas superestrellas de rock, ni condujimos autos lujosos ni nada por el estilo y está bien. Para mí esto es como la gente que hace lo que les gusta, jugar golf, apostar a las cartas, andar en bicicleta, eso, hacer música es lo que yo hago. Desde que compré mi primera guitarra después de ver a T-Rex en televisión, cuando tenía 13 años, la música ha sido parte de mi vida y quiero que siga siéndolo”, finaliza el músico quien percibe en los músicos que han formado parte de su proyecto la misma pasión.